martes, 17 de noviembre de 2015

A dónde ha llegado este vivir
conforme a la literatura,
la virtualidad no ha conocido tiempo más dorado,
que ahora que la guerra ha vuelto al mundo
no encontramos nombre para ella.
La inverosimilitud sacude al abducido.
La constatación de la barbarie siembra
una nada espesa.
Nadie entiende.
Estas corazas nos protegen de nosotros
pero son ciegas a quienes irrumpen
con el pasado negro entre las uñas.

Hace siglos que no se escribe ya
tragedia en occidente.