domingo, 30 de agosto de 2015

E. L. KIRCHNER LLORA POR TODOS LOS DEGENERADOS

Nosotros, los degenerados. La turba
que regresó a casa.
Quienes restablecieron el orden
de cuando nadie era mejor que nadie.
Los que ahuyentaron el dolor inherente
al canónico
hábito discriminatorio.
Los que desfiguraron rostros,
los que abandonaron la recta
vía privilegiada.
Por la explosión de la témpera,
al destierro. Por la torsión de las falanges,
por el lodo inocuo. No queremos ser plaga
ni queremos ser los mártires.

Dejadnos en paz con nuestra brocha y nuestro silencio.